Este sitio se encuentra en una cuenca llena de turba, la mayor parte de la cual se encuentra a menos de medio metro por encima del nivel del mar. Es la marisma de turba mejor conservada de las Bermudas y es uno de los últimos ejemplos extensos que quedan de la cobertura forestal original de las islas. Posee manglares relictos en una cuenca de turba de agua dulce prácticamente sin influencia de las mareas, que se encuentra en el límite septentrional de los manglares del Atlántico. El sitio reviste una gran riqueza vegetal: el bosque pantanoso alberga varias especies que son endémicas de las Bermudas o están amenazadas a escala mundial, como la sabina Juniperus bermudiana, la palmera Sabal bermudana, el helecho Adiantum bellum, la ciperácea Carex bermudiana y la planta herbácea Peperomia septentrionalis. También contiene varias especies autóctonas raras, como la especie Hypericum hypericoides y el musgo Campylopus trachyblepharon, entre muchos musgos, helechos, plantas acuáticas, carrizos, gramíneas, planas trepadoras, herbáceas, arbustos, árboles y palmeras. Además, se han observado 111 especies de aves. En el sitio hay una pequeña pasarela gracias a la cual es el único hábitat de marisma fácilmente accesible de las Bermudas. El sitio juega un valioso papel en la educación ambiental y también es apreciado para la observación de aves y la fotografía y los paseos en la naturaleza. Sigue siendo un lugar importante para la investigación sobre la calidad del agua, la sucesión de la vegetación, la introducción de especies raras y la gestión de especies invasoras. Las principales amenazas son las especies de fauna y flora exóticas invasoras, la contaminación y la salinización del acuífero y la saturación de los suelos.